Construyendo la escuela del futuro: guía (ciber)humanista para orientarse en la jungladigital

  1. Aida Fonseca
  2. Julio Díaz
  3. Rebeca Cordero
  4. Jorge Ramiro Pérez
  5. Antonio Silva
Revista:
Viento Sur

ISSN: 1133-5637

Año de publicación: 2022

Tipo: Artículo

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Resumen

Tras la tempestad del covid-19 y mitigado el oleaje, se ha comprobado que nuestras coordenadas espaciotemporales han entrado en una dimensión distinta, como si el futuro hubiera tomado un atajo para llegar antes de tiempo. No hay parcela de lo real que no haya sido afectada por las consecuencias de este tsunami vírico. Los meses de confinamiento sirvieron para implementar y poner a prueba una serie de dinámicas digitales en diferentes ámbitos: profesional, educativo, de ocio, etc. Nuestra forma de trabajar y hasta de amar ha mutado. Es cierto que esa situación anómala, en la que, por ejemplo, los alumnos recibían clases online encerrados en su casa, no podía ser viable más allá de un periodo prudencial. El impacto psíquico, sufrido sobre todo por los más pequeños, ha activado una bomba de relojería que habrá que neutralizar en los próximos años (Cordero, Silva y Pérez, 2022). Una educación completamente online en edades tempranas no es imaginable ni para un Herodes redivivo. Tampoco podemos imaginar, salvo contadas excepciones, un cibertrabajo sin rastro alguno de presencia.Articular todos los cambios digitales en tiempo récord supuso un esfuerzo enorme en todas las esferas sociales, desde la laboral a la educativa. Los problemas que surgieronen esta última, por ejemplo, fueron de diversa índole: escasa preparación de los docentes más mayores, falta real de recursos de las familias, de las instituciones, etc.De esta manera, durante el confinamiento, muchos colegios e institutos no tuvieron los medios necesarios para continuar las clases con “normalidad”, dejando a muchos niños y adolescentes en un limbo indeterminado (Fernández Río et al., 2022). En el otro extremo, la población con acceso a todo tipo de gadgets ha tenido que soportar un chaparrón digital sin protección alguna. Se asume con normalidad pasmosa que niños de doce años puedan poseer móviles de última generación. La adicción a las redes y a los dispositivos es un claro ejemplo de los perjuicios a los que una exposición prematura conlleva.Para poder valorar este tipo de daños, el Grupo de Conocimiento-Investigación en Problemáticas Sociales (GCIPS), de la Universidad Europea, ha realizado diversos Proyectos de Investigación, entre los que se encuentra CONFIDOMINA2.NET(CIPI/20/171)2/.En este, en particular, se ha tratado de realizar un análisis hermenéutico con dos grupos de discusión, formados por 6 personas cada uno, pertenecientes a diversos ámbitos, pero relacionados con la población objeto de estudio: usuarios de redes sociales de entre 13 y 18 años. Así, entre estas 12 personas, seis mujeres y seis hombres, se encuentran profesionales del derecho, de la psicología, de la orientación pedagógica y de la docencia, en secundaria yen universidad.Con el objetivo de identificar y definir nuevas formas de dominación y relación social en la esfera digital, se organizaron los dos grupos de discusión aludidos los días 19, 20 y 21 de abril de 2021. Las variables y categorías del análisis desplegaban un abanico extenso: impacto de las redes sociales en los jóvenes, elementos positivos y riesgos de su uso, perfiles más vulnerables, potencial adictivo de las redes, diferencias generacionales, etc.