Meningitis tuberculosa: revisión de 27 años

  1. A. Jordán Jiménez
  2. A. Tagarro García
  3. F. Baquero Artigao
  4. F. del Castillo Martín
  5. C. Borque Andrés
  6. M.ªP. Romero
  7. M.ªJ. García Miguel
Revista:
Anales de Pediatría: Publicación Oficial de la Asociación Española de Pediatría ( AEP )

ISSN: 1695-4033 1696-4608

Año de publicación: 2005

Volumen: 62

Número: 3

Páginas: 215-220

Tipo: Artículo

DOI: 10.1157/13071835 DIALNET GOOGLE SCHOLAR lock_openAcceso abierto editor

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Resumen

Objetivos Analizar las características de los pacientes con meningitis tuberculosa en un hospital terciario, con especial interés en el posible impacto de la supresión de la vacuna de bacilo de Calmette-Guérin (BCG) (1987), la inmigración y de la infección por el virus de la inmunodeficiencia humana (VIH). Métodos Se revisaron las historias clínicas de los casos de meningitis tuberculosa diagnosticados a lo largo de 27 años (1977-2003). Se consideró meningitis tuberculosa cuando existía un líquido cefalorraquídeo (LCR) con una citoquímica compatible, más: a) aislamiento de Mycobacterium tuberculosis en jugo gástrico o LCR; b) prueba de tuberculina positiva, o c) contacto con tuberculosis activa. Resultados Se diagnosticaron 28 casos de meningitis tuberculosa. Durante los primeros 14 años hubo 24 casos (85 %), y durante los últimos 13 años tan sólo 4 casos (15%). No hubo ningún niño coinfectado por el VIH. La mediana de la edad fue 3 años y 4 meses. En dos de ellos existía vacunación previa con BCG. En el 64 % de los casos se localizó el foco de contagio. Al ingreso, el 57 % presentaba signos meníngeos, el 46 % focalidad neurológica y el 54 % radiografía de tórax anormal. La prueba de tuberculina fue positiva en el 89% de los casos. La tinción de Ziehl-Neelsen en LCR fue positiva en el 3,5 %. Se cultivó el bacilo en LCR en el 32 % de los pacientes. La tomografía computarizada (TC), practicada en 22 pacientes, mostró hidrocefalia en el 91 % de los niños. Todos fueron tratados durante un año, sin efectos secundarios significativos. Como tratamientos complementarios se han utilizado corticoterapia (89 %), derivación ventriculoperitoneal (43 %) y anticomiciales (39 %). Fallecieron 3 pacientes (12 %). El 50 % de los casos tuvo secuelas, en su mayoría permanentes; la más grave y frecuente fue el retraso psicomotor (21 %), principalmente en niños con estadios avanzados de la enfermedad. Conclusiones La meningitis tuberculosa ha disminuido durante los últimos 15 años, a pesar de la emergencia del VIH y a la inmigración desde países endémicos para tuberculosis. Estos datos se corresponden con la disminución general de la incidencia de meningitis tuberculosa en nuestro medio. La supresión de la vacuna BCG en 1987 en Madrid no ha llevado a un aumento en los casos vistos en nuestro hospital; al contrario, han disminuido. Hay un porcentaje importante de secuelas graves en niños con estadios avanzados.