El sueño efímero de Ferrant en Caño RotoÁngel Ferrant, Juegos infantiles del Poblado Dirigido de Caño Roto, Madrid, 1957-63

  1. Eslava Cabanellas, Clara
Libro:
II Congreso Pioneros de la Arquitectura Moderna Española: Aprender de una obra: Actas digitales de las Comunicaciones aceptadas al Congreso
  1. Couceiro Núñez, Teresa (coord.)

Editorial: Fundación Alejandro de la Sota

ISBN: 978-84-606-7879-3

Año de publicación: 2015

Páginas: 238-251

Congreso: Congreso Pioneros de la Arquitectura Moderna Española (2. 2015. Madrid)

Tipo: Aportación congreso

Resumen

Recientemente, se restauraron y exhibieron en el MNCARS (Playgrounds, 2014) tres de las seis piezas del conjunto de juegos infantiles que Ángel Ferrant realizó para el Poblado Dirigido de Caño Roto (1957-63), obra de los arquitectos Vázquez de Castro e Íñiguez de Onzoño. Varias razones nos animan a volver hoy sobre esta intervención de Ferrant, que cuenta con una escueta pero interesante bibliografía, desde que se publicaran en �La quimera moderna� (1989) las imágenes atribuidas al fotógrafo Joaquín del Palacio, Kindel, testimonios que permiten una inmersión interpretativa de la obra en su contexto vivo, implicándola con sus usuarios infantiles tanto como con el contexto arquitectónico. El gesto periférico de Ferrant resulta central al vincular el emergente arte abstracto de la España de los años cincuenta con su imaginario arquitectónico. La adscripción al terreno de la escultura constructivista, nos permite entrever el papel del juego como enlace con sus �esculturas intactas� de 1945, que respondían al principio duchampiano del objet trouvé al tiempo que conectan en analogía con las prácticas infantiles. No estamos aquí ante un �juego de construcción�, sino ante una obra en estadio efímero: montar desmontando, en un vaivén entre construcción y destrucción, entre ensamblaje y desmontaje, entre collage y desecho, entre mímesis y abstracción. Como señala en sus escritos: �todo se parece a algo.� Realizaremos una lectura de los juegos de Caño Roto a través de �Meditaciones sobre un caballo de juguete�, donde Gombrich indaga en la definición del arte, introduciendo su noción clave del �sustitutivo�. La manipulación lúdica de las piezas por sus usuarios, los niños, requiere lo incompleto, la condición de obra inacabada, como utensilio de mediación para el despliegue de lo imaginario, generando campos semánticos que se suceden en el juego superponiéndose sobre la realidad material que invoca el escenario arquitectónico. El autor desaparece y ofrece una concepción operativa, no representativa, de la obra de arte mediante un jardín de piezas de �carpintero y cerrajero�, seleccionando aquellos ensamblajes que, operando como �sustitutivos� o falsas monedas, echan a andar la máquina del juego: sus caballos de juguete imaginarios. En esta ponencia nos preguntamos fundamentalmente por ¿qué impulso movió a Ferrant a realizar estas piezas? Frente al manifiesto teórico, persigue ante todo implicar la escultura en la �transformación de los hábitos culturales de la sociedad española� disponiendo, en el territorio sin memoria histórica de las operaciones de los poblados dirigidos, la herencia de las vanguardias históricas. Si bien éstas pretendieron cambiar al hombre como ser estético, las reconstrucciones europeas de posguerra salieron lúdicamente al espacio urbano, instaurando el juego infantil como práctica social. Pero no sería posible tal propósito sin fundar una nueva memoria colectiva, incidiendo en la memoria biográfica de cada niño: quizás sea ésta "la quimera moderna" de Ferrant.