Bases fisiológicas y psicológicas de las personas con síndrome de down para la danza clásica

Resumen

A través de esta tesis doctoral pretendo analizar la diversidad en las artes escénicas, en concreto la danza, y cómo esta puede influir de forma efectiva, eficiente y provechosa en las personas con Síndrome de Down para garantizar una mejora en sus aspectos psicológicos, concretamente la autoestima y el autoconcepto. Enmarcamos todo ello definiendo en primer lugar el concepto de discapacidad intelectual para a continuación centrarnos en el concepto de Síndrome de Down, que posteriormente vincularemos al desarrollo de la relación entre danza y diversidad a lo largo del tiempo. Método: La tesis doctoral se concreta en dos estudios empíricos. El primer estudio trata la autoestima en las personas con Síndrome de Down a través de la danza clásica contextualizándolo en la historia de la danza, los principios del ballet clásico, las capacidades físicas vinculadas a la práctica de la danza, la vinculación de la danza clásica y las patologías del Síndrome de Down centrándonos en la autoestima. Para ello se aplicó el Test de Rosenberg, diseñado para evaluar la autoestima, a una muestra formada por 80 sujetos con Síndrome de Down con una discapacidad intelectual leve, antes y después de una clase de danza clásica. Cuatro años después de la primera evaluación se volvió a administrar el test al mismo grupo de sujetos, quienes continuaban practicando danza clásica. El segundo estudio está dirigido a la puesta en escena de la danza como espectáculo y profesionalización de las Artes Escénicas en las personas con Síndrome de Down y cómo todo este proceso afecta en su autoconcepto. Se aplicó el Test de Autoconcepto AF-5 a 35 sujetos con Síndrome de Down con una discapacidad intelectual leve, mayores de edad, antes y después de un espectáculo de danza contemporánea. Todos llevan practicando danza y formando parte de diversas compañías pertenecientes a la Fundación Psico Ballet Maite León desde al menos el año 2010. Resultado: Los resultados han puesto de manifiesto que las personas que practican danza clásica tienen una autoestima superior después de una clase de danza que antes de comenzarla; además se comprueba que con la práctica de la danza a lo largo del tiempo la autoestima continúa aumentando o manteniéndose, y que estos resultados no están vinculados al sexo de los sujetos. Por otra parte, a través de la ejecución de una coreografía en un espectáculo de danza el autoconcepto mejora en determinados aspectos como son el ámbito social, familiar y físico. Conclusiones: Estos resultados implican un importante avance en el conocimiento de las personas con Síndrome de Down a través de las Artes Escénicas, aspecto que afecta directamente al campo de danza inclusiva. Creemos que este conocimiento servirá para desarrollar programas de intervención mejor ajustados a sus características físicas y psicológicas y dará rigor a un nuevo modelo de danza dentro del arte.