Beneficios de la danza en personas con enfermedad mental grave

  1. Martínez Cabezón, Ana Carolina
Dirigida por:
  1. Amador Cernuda Lago Director/a

Universidad de defensa: Universidad Rey Juan Carlos

Fecha de defensa: 28 de septiembre de 2017

Tribunal:
  1. Margarita Ines cigarán méndez Presidente/a
  2. Domingo Palacios Ceña Secretario/a
  3. José Miguel Cachón Pérez Vocal
  4. Juan Francisco Velarde Carcia Vocal

Tipo: Tesis

Teseo: 506774 DIALNET lock_openTESEO editor

Resumen

RESUMEN Introducción En la antigua grecia Grecia los filósofos ya destacan la importancia y el beneficio de las artes, aunque su aplicación con fines terapéuticos se instauraría en Estados Unidos y Reino Unido a finales del siglo XIX y principios del XX consolidándose de manera oficial en los años 40. Su nacimiento y desarrollo se da en un contexto en el que influyen las siguientes variables; a) Desarrollo de las teorías psicoanalíticas;b) Expansión de las vanguardias artísticas; c)Interés de las obras artísticas realizadas por pacientes psiquiátricos”. Una de las pioneras en la aplicación de la danza en personas con enfermedad mental grave es la bailarina americana Marian Chace quien desarrolló su técnica terapéutica basada en el movimiento dentro de un programa denominado Dance for Communications Program en el Hospital Saint Elizabeth de Washington, definiendo su intervención como; “Uso terapéutico del movimiento para promover la integración emocional, cognitiva, física y social de los individuos”. En los años 70’ surgen otro tipo de prácticas que también utilizan el movimiento y el arte de la danza como un vehículo de canalización y expresión de emociones, socialización, comunicación y mejora personal. En esta línea encontramos las aportaciones de Georgina Fariñas en colaboración con el Ballet Nacional de Cuba y su método de Psicoballet cubano aplicado en personas ingresadas en el Psiquiátrico de La Habana. También en los años 70 y con un enfoque educativo, comunitario y cultural surge el movimiento de danza inclusiva que fomenta la universalidad y democratización de la práctica de las artes escénicas desarrollando acciones formativas accesibles a todas las personas independientemente de sus capacidades y dificultades. En el momento actual, la aplicación terapéutica del arte se encuentra afianzada en países como Reino Unido mientras que en otros países europeos como en España aún se encuentra en una fase de desarrollo. Desde que en 2009 la prestigiosa guía inglesa NICE( The National Institute for Health and Care Excellence) incluyera las terapias artísticas dentro de la cartera de tratamientos a preescribir a personas con un diagnóstico de esquizofrenia complementando a los ya existentes, han proliferado numerosas investigaciones cuyo principal objetivo es demostrar la eficacia de este tipo de intervenciones basadas en práctica artística. The Cochrane Library publica Dance Therapy for Schizophrenia, Xia & Grant (2009) cuyo análisis pretende comparar la terapia basada en la danza con los tratamientos habituales demostrando la efectividad de la técnica dancística en la disminución del 20% en las puntuaciones de la Negative Síndrome Scale (PANSS) (Kay, Opler & Fiszbein, 1987). Paralelo a esta revisión emergen varias publicaciones relacionadas con la eficacia de la distintas aplicaciones terapéuticas del arte que vertirán resultados contradictorios y poco consistentes por lo que no es posible establecer una afirmación clara y sostenible sobre la eficacia de este tipo de técnicas. Objetivos El objetivo general es el de demostrar si la practica de la danza es eficaz, en comparación con la pintura y el tratamiento habitual, para disminuir la sintomatología negativa en personas con psicosis. Como objetivos secundarios se pretende analizar la eficacia de la danza, en comparación a la pintura y al tratamiento habitual en variables como; sintomatología positiva, sintomatología general, autoestima, funcionamiento social e identificación y expresión de emociones. Metodología Para la consecución de dichos objetivos llevamos a cabo un ensayo clínico que cuenta con una muestra formada por 46 usuarios pertenecientes a distintos centros de la Red de Atención Social a personas con Enfermedad Mental grave y duradera de la Comunidad de Madrid con un diagnóstico de Trastorno psicótico. Los sujetos se distribuyen de manera aleatoria en los siguientes grupos; Grupo de Intervención (GI): basado en danza + tratamiento habitual; Grupo Control 1 (GC1): formado por pintura + tratamiento habitual; Grupo Control 2(GC2): tratamiento standard. La estructura del programa de danza y pintura consta de 12 sesiones con una frecuencia semanal y duración de una hora y media. Ambas se realizan en espacios normalizados de carácter público. Además, las clases son desarrolladas por profesionales del sector. Se realizan tres mediciones; ( V1, V2 y V3) una previa al inicio de los programas de danza y pintura, una inmediatamente posterior y una tercera de seguimiento para valorar el mantenimiento del efecto a los 6 meses del término de las actividades. Los instrumentos de evaluación que se administrarán en la evaluación pre, post y de seguimiento son los siguientes: PANNS (The Positive and Negative Syndrome Scale) (Kay et al, 1987); SFS (Social Functioning Scale) (Birchwood et al, 1990); RSES (The Rosenberg Self-Steem Scale) (Rosenberg, 1965); MSCEIT (Mayer-Salovey- Caruso Emotional Intelligence Test) (Mayer, Salovey & Caruso, 2002). Resultados Para el análisis de los datos se emplea un diseño de ANOVA con medidas repetidas. Teniendo en cuenta la prudencia a la hora de exponer los resultados dado el número de muestra con el que contamos, podemos decir que los datos muestran diferencias significativas favorables al grupo de danza en la variable de Funcionamiento Social así como en la subescala de SFS de ocio. Se observan diferencias cuasisignificativas en la variable autoestima a tener en cuenta de cara a profundizar en futuras investigaciones. En el resto de las variables no encontramos diferencias significativas. Conclusiones La investigacion mantiene la duda sobre la eficacia de la danza en la reducción de síntomas negativos en personas con esquizofrenia siendo necesario seguir profundizando e investigando en este tema. Sin embargo, encontramos resultados positivos que indican efectos positivos de la practica de la danza en la mejora del funcionamiento social así como la autoestima.