Trastornos de la conducta alimentaria en la Danza Clásica profesional

  1. Castro Fernández, Paula de
Dirigida por:
  1. Amador Cernuda Lago Director/a

Universidad de defensa: Universidad Rey Juan Carlos

Fecha de defensa: 16 de diciembre de 2015

Tribunal:
  1. Domingo Palacios Ceña Presidente/a
  2. Ana Isabel de la Llave Rincón Secretario/a
  3. Rosa María Ortiz Gutiérrez Vocal
  4. José Luis Linaza Iglesias Vocal
  5. José Miguel Cachón Pérez Vocal

Tipo: Tesis

Teseo: 408013 DIALNET

Resumen

Contrariamente a la idea preconcebida existente y generalizada en el público profano, los trastornos de la conducta alimentaria (TCA) no son una constante en la vida de los bailarines profesionales. Con el presente estudio se pretende verificar que el bailarín de danza clásica consagrado profesionalmente, aun poseyendo un perfil propicio a las patologías de tipo TCA, no presenta en realidad trastornos alimentarios representativos ni concluyentes. Es más bien durante la etapa anterior a la profesionalización, en la cual el sujeto pre-, post- o adolescente se forma como intérprete en danza, que este tipo de patologías y conductas de riesgo aparecen con mayor frecuencia e intensidad. Partiendo de la asimilación del bailarín profesional al deportista de élite, se ha realizado una revisión de la bibliografía relativa a los TCA en el deporte y en la danza, encontrando aspectos contradictorios en cuanto a la etiología, la prevalencia e incluso la metodología de tratamiento de estos desórdenes multicausales. Los resultados obtenidos tras la investigación efectuada con 412 bailarines de 27 nacionalidades diferentes, en 54 compañías de danza de renombre internacional, apuntan a niveles exiguos de probabilidad de desarrollo de TCA en la danza clásica profesional o de alto nivel, corroborando así el planteamiento conceptual primigenio de este estudio. La incursión en la temática de las patologías alimentarias en un arte como la danza, ha abierto nuevas miras y horizontes que invitan a explorar más allá de los a priori y de los estereotipos vigentes. Es necesario continuar en esta línea esclarecedora, que se basa en principios de exigencia y rigor científico, aplicándolos a la investigación sobre el universo dancístico, tal y como se viene realizando en el ámbito del deporte con gran éxito. El bailarín profesional, como artista coreográfico, precisa ser definido y valorado en su idiosincrasia, y no etiquetado en base a falsas creencias o prejuicios injustificados. Solo la Ciencia detenta el poder capaz de contrarrestar la influencia, en ocasiones nefasta, de los medios de comunicación y de la ignorancia del profano, devolviendo a la Danza su dignidad.