Efectividad y seguridad del láser diodo de 1470 nanómetros en el tratamiento de las malformaciones venosas difusas.

Resumen

Introducción: Las malformaciones venosas (MV) se encuadran dentro del grupo de malformaciones vasculares de bajo flujo y son las más frecuentes dentro de todos los tipos de malformaciones vasculares. Dentro de ellas, encontramos las MV difusas, las cuales producen un dolor limitante y empeoramiento progresivo a lo largo de los años en los pacientes que las padecen. Estas MV difusas afectan grandes extensiones de superficie corporal, lo que conlleva unas implicaciones terapéuticas especiales. El tratamiento clásico de estos pacientes ha sido la cirugía, pero las grandes resecciones necesarias conllevan una elevada morbilidad. Otra opción terapéutica disponible es la esclerosis pero, en el grupo concreto de pacientes con MV, tiene inconvenientes como la toxicidad por las altas dosis necesarias para tratar las grandes extensiones de malformación, así como efectos adversos propios de los materiales de esclerosis. Por lo tanto, ni la cirugía ni la esclerosis o embolización son hoy en día, de forma aislada, opciones terapéuticas eficaces en este grupo especial de pacientes. Por lo anteriormente expuesto, y en base a nuestra experiencia previa en el tratamiento con láser de las varices y otras malformaciones vasculares localizadas, decidimos valorar la utilidad de la fulguración con láser diodo de 1470 nm en el tratamiento de estos pacientes. Material y métodos: Se trata de un estudio observacional retrospectivo sobre una cohorte prospectiva, que incluye todos los pacientes con MV difusas tratados con láser diodo 1470 nm en nuestra Unidad de Anomalías Vasculares de adultos en el periodo comprendido entre enero de 2012 a Junio de 2018. Se analizaron datos sobre la configuración del láser, niveles de D-dímero y fibrinógeno, existencia de complicaciones, escala visual analógica (EVA) para cuantificación del dolor, nuevo episodio de hemorragia, cambios en el consumo de medicación analgésica y mejoría clínica (evaluada por dos especialistas externos a través de cambios en fotografías a color pre- y postoperatorias en pacientes con MV visibles). Resultados: Se realizaron 26 procedimientos en 17 pacientes (76% mujeres): el 53% eran MV puras, el 70% habían recibido previamente otros tratamientos y el 53% necesitaba tratamiento analgésico continuo. La mediana de disminución del dolor tras la intervención (valor/porcentaje), medido según la escala EVA fue de 5 puntos/45% con un rango de 2 a 9 puntos/25-100% y una media de 4,77 puntos, siendo esta reducción estadísticamente significativa (p=0.001). La mediana de reducción en el valor de Ddímero (valor/porcentaje) fue de 949,5 ng/dL/54%, con un rango de 90-13.127 ng/dL/3%-95%, siendo esta diferencia estadísticamente significativa (p=0.001). Hubo cinco complicaciones postoperatorias en cuatro pacientes, y ninguna fue potencialmente mortal. Conclusiones: Las malformaciones venosas difusas son una patología rara, de difícil manejo y sin un tratamiento curativo en la mayor parte de los casos. Las opciones terapéuticas que tenemos se basan en tres pilares, cirugía, escleroterapia y láser. El láser es un procedimiento efectivo, poco agresivo, bien tolerado, que puede usarse con baja tasa de complicaciones en este tipo de pacientes, lo cual facilita la adherencia al tratamiento. Proporciona una mejoría clínica a los pacientes, demostrada por una reducción del dolor postoperatorio medido mediante la escala EVA y reduce el tamaño de las lesiones. También asocia una disminución de la coagulopatía de consumo, demostrada por el descenso en los valores de dímero-D postoperatorios. Actualmente no existe limitación en la dosificación o número de procedimientos realizados, y es una técnica complementaria a las otras existentes, ya que puede combinarse a la cirugía o la esclerosis. Los buenos resultados obtenidos han hecho que nuestro protocolo en el manejo de las MV difusas haya cambiado, pasando a ser el láser un tratamiento de primera elección en esta patología.