Comparación entre el valor del análisis de la frecuencia de resonancia (isq) en implantes colocados en la zona antral sobre hueso nativo frente al valor obtenido en implantes colocados en la zona antral sobre hueso regenerado y su evolución a los 3 meses

  1. MOLINA PONTE, BÁRBARA LISET
Dirigida por:
  1. Sergio Trapote Mateo Director

Universidad de defensa: Universidad Europea de Madrid

Fecha de defensa: 30 de septiembre de 2019

Tribunal:
  1. Cristina Meniz García Presidente/a
  2. Pedro Casillas Ascanio Secretario
  3. Lara San Hipólito Marín Vocal
Departamento:
  1. ODONTOLOGÍA CLÍNICA

Tipo: Tesis

Teseo: 604413 DIALNET lock_openTESEO editor

Resumen

La colocación de implantes de titanio en los maxilares como elementos retenedores y de soporte de prótesis dentales para sustituir pérdidas dentarias constituye un tratamiento plenamente aceptado y extendido en la actualidad. Una vez colocado el implante en el hueso debe producirse un proceso biológico conocido como osteointegración definido como “la unión directa y estructural entre el hueso vivo y el implante de titanio sometido a carga funcional”. Este proceso se produce en un tiempo variable y es preciso que se haya completado antes de proceder a la colocación de la prótesis (carga del implante). Existen varias formas de determinar si se ha producido el proceso de osteointegración, una de ellas nos permite conocer de manera objetiva este hecho, es el análisis de la frecuencia de resonancia recogida mediante el dispositivo Ostell que nos ofrece unos valores en unidades ISQ, de tal forma que por encima de un valor determinado se acepta que la osteointegración se ha producido y por tanto se puede dar paso a la segunda fase de tratamiento que consiste en la utilización del implante para proceder a la colocación de la prótesis dentaria. En la zona maxilar relacionada con el seno maxilar (zona antral maxilar), cuando se pierden los premolares o molares se producen reabsorciones óseas en altura que en ocasiones dificultan o impiden la colocación del implante. En 1976 Tatum describió una técnica de elevación del suelo de seno maxilar, perfeccionada por diferentes autores desde entonces, que permite corregir esta situación. Esta cirugía se conoce con el nombre de elevación de seno maxilar y supone la colocación de un material de injerto en la zona caudal del seno que facilita la regeneración del hueso perdido de tal forma que en un periodo de entre cuatro y seis meses obtenemos un “hueso regenerado” sobre el que ya sí es posible la colocación del implante. En este hueso regenerado también se produce el proceso de osteointegración, si bien al no ser hueso nativo se puede considerar que la osteointegración puede tardar más en producirse, y por lo tanto se debería esperar más tiempo antes de proceder a la carga del implante. El presente proyecto se justifica para conocer si los tiempos en los que se produce la osteointegración en el hueso nativo y en el hueso regenerado, evaluado de manera objetiva mediante la determinación del valor ISQ, son los mismos y por lo tanto se puede continuar el trat amiento con la carga del implante esperando el mismo tiempo independientemente de si trabajamos sobre hueso nativo o sobre hueso regenerado. Hay que considerar que no todos los profesionales cuentan en sus instalaciones clínicas con acceso al medidor Ostell ISQ  y que por tanto, la determinación mediante este dispositivo de si se ha alcanzado la osteointegración de los implantes o no, se realiza por métodos subjetivos lo que hace que en muchas ocasiones se espere más tiempo del necesario para continuar con el tratamiento implantológico. Los objetivos del presente estudio consisten en comparar los valores de ISQ de implantes colocados en la zona antral en hueso nativo frente a al valor ISQ de los implantes colocados en la zona antral sobre hueso regenerado, conocer si después de tres meses de periodo de osteointegración los valores aumentan y ver si son diferentes entre sí en función del tipo de hueso y valorar la relación entre el torque de inserción del implante, el tipo de hueso y el ISQ obtenido el día de la cirugía. De nuestros resultados se desprende que el valor ISQ basal tomado en el momento de la cirugía es similar entre los dos grupos de estudio (implantes colocados en zona antral en hueso regenerado Vs hueso nativo), sin embargo el valor ISQ pasados tres meses de osteointegración es menor en aquellos implantes colocados en hueso nativo frente a los que se colocan en hueso regenerado. Observando los valores del torque de inserción se obtienen mayores valores en implantes colocados en hueso regenerado aún no existiendo diferencias de subfresado entre grupos. Analizando la relación entre torque e ISQ se observa relación positiva débil entre ambos parámetros al momento de colocación de los implantes y a los tres meses de su implantación tanto en hueso nativo como regenerado. Por último estudiando los cambios del nivel óseo marginal tras el periodo de osteointegración se observa que el nivel de pérdida de hueso es similar entre aquellos implantes colocados en hueso nativo frente a los colocados en hueso regenerado. En cuanto a la relación entre el valor ISQ y dicha pérdida se observa que en ninguno de los grupos existe relación. Tampoco hallamos relación entre el valor del torque de inserción y la pérdida de hueso marginal, pero este hecho se debe a que se analizó en un corto periodo de tiempo y no a largo plazo como hacen el resto de autores. Estos resultados aportan cierta evidencia en el hecho de que los implantes colocados en zona antral en hueso regenerado, al presentar valores ISQ basales iguales y tras la osteointegración mayores que los implantes en hueso nativo en la misma zona, se podrían rehabilitar esperando el mismo tiempo de osteointegración sin necesidad de alargar el tiempo para la carga en aquellos implantes colocados en hueso regenerado. Consideramos útil realizar más estudios con mayor muestra que contrasten estos resultados obtenidos y permitan afirmar con certeza estos hechos.