Relaciones intergrupales y ciberbullying en el alumnado de la ESO
- Juan Salcedo Martínez Director/a
- Juan María Sánchez González Anleo Codirector/a
Universidad de defensa: Universidad Europea de Madrid
Fecha de defensa: 22 de septiembre de 2017
- Sergio Calvo Fernández Presidente/a
- José María López Pina Secretario/a
- Carmen Rodríguez Sumaza Vocal
Tipo: Tesis
Resumen
Trascripción de la carta de Diego. “Papá, mamá, estos 11 años que llevo con vosotros han sido muy bueno y nunca los olvidaré como nunca os olvidaré a vosotros. Papá, tú me has enseñado a ser buena persona y a cumplir las promesas, además has jugado muchísimo conmigo. Mamá, tú me has cuidado muchísimo y me has llevado a muchos sitios. Los dos solos sois increíbles, pero juntos sois los mejores padres del mundo. Tata, tú has aguantado muchas cosas por mí y por papi, te estoy muy agradecido y te quiero mucho. Abuelo, tu siempre has sigo muy generoso conmigo y te has preocupado por mi Te quiero mucho. Lolo tú me has ayudado mucho con los deberes y me has tratado bien. Te deseo suerte para que puedas ver a Eli. Os digo esto porque ya no aguanto ir al colegio y no hay otra manera para no ir: por favor espero que algún día podáis odiarme un poquito menos. Os pido que no os separéis papa y mamá. Solo viéndoos juntos y felices yo seré feliz. Os echaré de menos y espero que algún día podamos volver a vernos en el cielo. Bueno, me despido para siempre. Firmado. Diego.” En la presente investigación, abordo un aspecto ciertamente complejo, y de creciente interés no sólo mediático, también social y por supuesto educativo. Este fenómeno se viene detectando en los últimos años en España. Se trata de un problema real que está causando auténticos quebraderos de cabeza en distintos sectores y en los componentes del sistema educativo; además, afecta de manera directa no sólo al estamento docente en general, sino también a todos los miembros que lo componen, desde los propios alumnos, a los padres, profesores y entidades relacionadas con los mismos. Son bastantes las tesis y las investigaciones respecto al bullying, fenómeno que en la escuela ha ido cobrando protagonismo hasta el punto que existen en la Comunidad de Madrid planes de acción tutorial específicos, y protocolos para mediar en este tipo de situaciones, y no sólo responsabilizando a los tutores legales, sino también al propio centro educativo. Por otro lado, desde la explosión de las nuevas tecnologías, y de forma progresiva, se ha ido instaurando una nueva forma de acoso en los estudiantes. Desde que se ha extendido el uso de internet, el uso de las plataformas digitales, redes sociales y dispositivos móviles, no siempre es positivo en los estudiantes, incurriendo en más veces de las deseadas en el ya denominado ciberbullying (acoso personal por internet). En lo que respecta a la estructura del marco teórico, y con la finalidad de poder abordar la complejidad de la temática de la presente investigación se han desarrollado dos capítulos. A lo largo del desarrollo del primer capítulo, se resumen distintos aspectos importantes de la etapa adolescente según postulan diversos autores tanto sobre el desarrollo físico, psicológico como social y moral del adolescente. En un segundo capítulo se lleva a cabo una revisión de las tipologías de agresiones y, las posibles diferencias entre ellas. De igual modo, se contextualiza y repasa las teorías de la agresividad que los distintos expertos han elaborado a lo largo del tiempo. De manera posterior, se profundiza en los estudios e investigaciones específicos del bullying, y ciberbullying; fenómeno relativamente reciente, que cuenta con unos 40 años de historia. Hipótesis y objetivos Hipótesis de partida La hipótesis inicial es determinar el uso de las tic por parte de los alumnos entrevistados, y cómo las relaciones intergrupales en centro educativo pueden derivar en la presencia de ciberbullying y sus distintos roles, agresor, víctima y espectador, por parte de los alumnos. Hipótesis de estudio Hipótesis 1 Las relaciones intergrupales que se dan en el centro educativo son, un factor determinante en la presencia, participación y, acciones típicas del ciberbullying. Hipótesis 2 El uso de las tic, las nuevas tecnologías y las redes sociales determinaran la presencia del ciberbullying y por consiguiente los distintos roles implicados en el mismo. Hipótesis 3 El ciberbullying y su presencia estará determinado por los factores individuales de los alumnos, que son la edad, el curso y el género. Hipótesis 4 El conocimiento sobre el tema del bullying y ciberbullying no excluye de la participación en el mismo. Objetivo general El objetivo general de esta investigación es analizar las relaciones intergrupales entre los alumnos que cursan la etapa de Educación Secundaria Obligatoria (ESO), y cómo a su vez pueden influir en las posibles prácticas de ciberbullying. Aspectos metodológicos El universo de la presente investigación lo constituyen adolescentes de ambos géneros, de la etapa educativa de la ESO (12-16 años) en la Comunidad de Madrid. Se realizó un estudio probabilístico unietápico. Que debido a la dificultad del acceso a la muestra tuvo que ajustar los márgenes de confianza y error. Con un 82% de confianza y un 18% de error, se realizaron en 14 institutos de la Comunidad de Madrid la aplicación de un cuestionario y en 4 centros más entrevistas de grupo siendo un total de 2379 alumnos los participantes en la presente investigación Resultados Análisis de la población La muestra está compuesta por un total de 2.257 sujetos entrevistados. La edad promedio de los alumnos es 13,9 años, con una desviación típica de +/- 1,4 años. 1.142 entrevistas se administraron a hombres, correspondientes al 50,8% del tamaño total de la muestra y 1.107 de los cuestionarios se administraron a mujeres correspondiendo al 49,2% de la muestra total. Ciberbullying y perspectiva de las cibervíctimas Los datos recogidos nos muestran que el 8,3% (187) de los estudiantes entrevistados se han sentido acosados por otros compañeros de clase a través de las redes sociales. Cuando extrapolamos las agresiones a usuarios online en general, el número de incidencias asciende al 18,2% (410 casos). Cabe destacar que de los alumnos que se han sentido agredidos a través de las redes sociales en alguna ocasión, el 38,5% no habla con nadie, y que aquellos alumnos que si lo ponen de manifiesto acuden en primer lugar a los amigos, seguido de la familia, y por último el profesorado. Analizando las nuevas tecnologías de la información y la tenencia o no de dispositivos electrónicos con posibilidad de conexión a internet, queda reflejado que del 8,3% de los alumnos que se sintieron acosados por otros compañeros de clase (187 casos), el 97,8% (183 casos) disponían de smartphone con tarifa de datos y conexión a internet, el 63,1% (118 casos) de los alumnos disponía de ordenador, y el 66,3% (124 casos) tenían tablet, todos ellos con conexión a internet. En cuanto a los datos de aquellos alumnos que se han sentido acosados por sus compañeros de clase, observamos que no parece que guarden relación con la calidad de las relaciones de clase y el número de amigos que tienen en el centro educativo. Ya que, del 8,3% de alumnos que han tenido el rol de cibervíctima el 68,5% declara que se lleva bien con la mayoría de sus compañeros de clase, y en el 67,9% de los casos, que cuenta con 6 o más amigos en el instituto. Ciberbullying y perspectiva de los ciberacosadores El dato más relevante es la intencionalidad que algunos alumnos muestran a la hora de intimidar a otros a través de las redes sociales. El 19,6% de los entrevistados dan una respuesta afirmativa (440 alumnos). Es una obviedad que de la intencionalidad al acto en sí, existe una diferencia, cuando se pregunta a los alumnos cuantas veces han participado en intimidaciones a través de la red, nos responden positivamente el 7,7% de ellos (172 alumnos). En el caso de los potenciales ciberagresores y el acceso a internet y el uso de las tic, comprobamos que en referencia a la posesión de smartphone con tarifa de datos y conexión Wifi corresponde al 46,3%, el 24,5% de los alumnos tienen ordenador, y el 23,6% de ellos disponen de tablet, todos los dispositivos tienen posibilidad de acceso a internet. En cuanto a la calidad de las relaciones en clase y el número de amigos que tienen los potenciales ciberagresores, observamos que no existe una relación directa, ya que del 19,5% de alumnos que serían capaces de intimidar a otros el 23,2% declara que tiene buenas relaciones en la clase y el 25,9% que las relaciones son neutrales; es decir que el 62,5% tendrían malas relaciones. El número de amigos en el instituto tampoco es un dato relevante, ya que del 19,5% de potenciales agresores el 23,6% de los alumnos declaran tener seis o más amigos en el instituto. Los ciberespectadores En lo que respecta a la acción de los alumnos o la iniciativa a la hora de mediar en este tipo de situaciones, los datos reflejan que, en el 15,3% de los casos, los alumnos manifiesta que “pasan del tema” en un 25,2% reflejan que “no hacen nada” pero piensan que deberían de hacerlo, en el 39,9% expresan que “intenta mediar y ayudar en la situación” por último en el 15,1% los alumnos dicen que avisan a un tercero para que intervenga Conclusiones 1. No parece existir una relación directa entre el número de amigos en el instituto, ni las buenas o malas relaciones en clase con los casos y presencia de ciberacoso y cibervíctimas. 2. En lo que respecta al uso y manejo de las tic, existe una clara relación entre el uso, manejo y exposición a los distintos medios digitales y los roles que los adolescentes desempeñan en el ciberespacio en calidad de víctima, agresor o espectador. Pudiendo simultanear varios roles a la vez. 3. Cuando hablamos de cibervíctimas, tanto intercentros como en internet en general se comprueba que el género femenino es el que sale peor parado. Este dato llama la atención, ya que en lo que respecta a exposiciones y prácticas de riesgo, son los chicos los que asumen comportamientos más “peligrosos” en el uso de las nuevas tecnologías. 4. Aunque no existen diferencias significativas en cuanto al género en lo que respecta a la presencia y participación en ciberagresiones, el registro es sensiblemente mayor en mujeres que hombres. Dato que coincidiría con las respuestas obtenidas en cuanto a las acciones o conductas agresivas que habían sido mayoritariamente y estadísticamente superiores en mujeres que en hombres. 5. No existe un curso de la ESO potencialmente conflictivo, pero los datos apuntan que el segundo ciclo de secundaria presenta mayor concentración en casos de ciberagresiones. Así, la principal conclusión que se puede sacar aunque resulte una obviedad, es que hay que proteger a los menores de este tipo de situaciones. No sólo a las víctimas, sino educar para que el alumnado busque otros medios en la resolución de conflictos, y que en el caso de los espectadores se generen estrategias que ayuden a denunciar este tipo de situaciones. 6. Aunque los alumnos majean y son conocedores de diversos aspectos relacionados con el ciberbullying, no es excluyente de la participación en acciones agresivas hacia otros compañeros o de su participación indirecta en acciones agresivas ocupando el rol de ciberespectadores.